A veces

A veces nos perdemos entre los recuerdos y las expectativas. Pensando demasiado en lo que pasó y en lo que vendrá. Cuando lo único que realmente importa es lo que está ocurriendo ahora. La vida sucede en este instante, y mientras nuestra mente divaga entre el ayer y el mañana, dejamos escapar lo único que realmente tenemos: el presente.

Buscamos la felicidad afuera, en lugares, en personas, en momentos que creemos que nos completarán. Pero la verdad es que la felicidad nunca ha estado ahí fuera, siempre ha estado dentro. No se trata de encontrarla, sino de compartirla, de hacerla fluir a través de nosotros.

La vida está llena de misterios, de secretos que jamás se cuentan, de personas que nunca se olvidan. Historias que guardamos en lo más profundo y palabras que, por miedo o por amor, jamás diremos a nadie. Y con el tiempo, aprendemos que extrañar no es un vacío, sino la prueba de que alguien nos llenó tanto que su ausencia no es suficiente para borrar su presencia dentro de nosotros.

Porque al final, todo lo que realmente importa no es lo que se fue ni lo que vendrá, sino lo que nos habita, lo que compartimos y lo que, de una u otra manera, nunca nos abandona.

A veces… sólo a veces.

a veces

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