Cenizas de estrellas

Somos cenizas de estrellas,
jugando a ser dioses,
caminando entre heridas
que el viento oculta,
como si el tiempo
no pudiese tocarnos,
si fuésemos eternos,
inmortales.

Vivimos dolidos,
con el alma cubierta
de cicatrices invisibles,
proyectando en otros
lo que en nosotros
aún no ha florecido en paz.

Odiar es entregar tus horas
a quien no habita tu corazón.
Es regalar el latido más puro
a la sombra
de lo que no quieres ser,
de quien ni siquiera quieres.

Perdona y en ese acto
libérate del peso
de las noches amargas.
Vivir es simple,
como el murmullo
del agua que corre,
como el brillo del sol
en un día sin promesas.

Vivir es simple,
nosotros somos complicados.

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