Cenizas

Renacer de las cenizas
Tras el fuego, la vida sigue su paso,
cenizas flotan como susurros de un adiós,
todo tiene su tiempo, como nosotros,
como cada hoja que el viento despidió.

El silencio es rey en este paraje gris,
sin plantas, sin aves y la tristeza cubre,
un manto oscuro donde antes cantaba el arroyo,
el viento silbaba entre susurros de vida.

Mas la semilla de los recuerdos persiste,
nunca se quema, nunca se olvida.
Es tiempo de sembrar en la tierra herida,
porque el fin es sólo un preludio a lo nuevo.

Y así, en los labios guardamos una verdad:
todo lo que termina es el inicio de un nuevo sueño,
otro horizonte brota en la mirada,
y una nueva vida florece en el silencio.

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