El amor entre comillas

El amor … entre comillas,
es masoquista,
sádico,
es sumiso,
irracional,
exótico para muchos,
inaceptable para tantos.
Y sin embargo,
ahí está.
Imposible de definir,
tan nuestro como ajeno.

Los besos se tornan hiel
cuando los labios mienten.
Y hay almas, sí,
que nos enseñan con caricias,
con ternura,
con maravillas bordadas en lo cotidiano.

Pero existen otras…
las que enseñan el desamor,
con la precisión de un cirujano,
tan bien,
que acabas superando al maestro.

Un guion perfecto,
una historia ya escrita,
una voz por fin desahogada.
Y la vida,
con su libreta de lecciones,
entra,
corre el telón de personajes vencidos,
se sienta frente a ti y dice:
“No te quedes con quien te ha hecho daño.”

Porque el rencor,
ese huésped silente,
no se va.
Se esconde,
y cuando puede,
regresa a lamer las cicatrices.

Entonces pasas la página.
Tu historia ya es otra.
Tu alma también.

La fuerza del corazón
es más que la intimidad,
es universal,
y explica por qué aún herido,
sigue latiendo,
sigue amando.

La vida,
esa gran maestra,
te enseña a aprender.
A volver a sonreír.
Y a sonreír de nuevo,
como un mantra,
como un espiral sin fin
de eternos aprendizajes.

amor

2 respuestas a «El amor entre comillas»

  1. En el post de hoy no hay recuadro para comentar, así que lo haré aquí, con tu permiso, amigo Sabio.
    Y como no hay Post, pues aprovecharé para agradecerte tú Gran trabajo, tú tiempo para escribir y tus momentos de pensar con lo que hacernos reflexionar. También por tus historias, de ficción o reales , complejas como la vida qué nos ha tocado vivir. En ellas muchas veces nos sentimos reflejados, otras veces consigues conmovernos, otras veces nos haces pensar en lo que intentamos apartar del pensamiento…. Pero eso también suma.
    El amor, tema recurrente, en simbiosis con la espiritualidad, nos hace reflexionar… «El amor qué duele», mejor dicho, que hacemos qué duela…. El amor, solo debería inspirar para que seamos mejor personas, acompañar, ayudar… Será tarea imposible?
    El paréntesis de hoy, es tu tiempo, del qué nos has ofrecido mucho desinteresadamente… Así que no te preocupes y también honrralo como se merece, que yo lo hago.
    Y sí, amigo mío, después de las tormentas descampa…. Y todo reluce más.
    Un fuerte y sincero abrazo en la distancia.

    1. Querida Lagartija Brava:
      Gracias por esta manera tan generosa y cálida de estar presente, incluso cuando no dejé abierta la puerta formal del comentario.
      Tu mensaje encontró otro umbral, y no sabés cuánto lo valoro.

      Estuve pasando por un momento de salud delicado, de esos que invitan a bajar el ritmo y mirar hacia adentro. Ya estoy bien, recuperándome con paciencia y gratitud y tus palabras —como muchas otras que llegaron sin que yo pidiera nada— me abrazaron en silencio. Fue medicina.

      Me emocionó mucho eso que decís: que a veces las historias conmueven, otras reflejan, otras enfrentan lo que quisiéramos apartar… y aun así suman.
      O quizás, precisamente por eso, suman. Porque lo que no decimos también pide ser escuchado.
      Y si algo puede lograr la palabra, es abrir esos espacios donde lo humano se encuentra con lo espiritual.

      El amor, sí… debería inspirar, como bien decís. Y acompañar. Y ayudar a crecer. No es tarea imposible, aunque a veces lo parezca. Es simplemente sagrada.

      Gracias por estar, por tus letras constantes, por el afecto que se siente sin necesidad de firma.

      Hoy, más que nunca, abrazo de viento 🤗

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