El espejo digital: narcisismo coherencia y libertad interior

La vida es un espejo y reflejará de vuelta al pensador aquello que éste haya pensado. Ernest Holmes

El narcisismo, esa sombra brillante del alma, se alimenta hoy de píxeles y aplausos virtuales.
En las redes sociales encuentra su templo. Allí, cada selfie es una oración al propio ego, cada logro exagerado una plegaria por validación. Cada opinión polarizadora un intento desesperado de ser visto.

Pero nada de esto es casual. Detrás de la búsqueda de admiración se oculta un miedo antiguo: el de no ser suficiente.
Y así, para sostener la imagen que mostramos, terminamos actuando más que sintiendo, repitiendo la vieja paradoja: si no actúas como piensas, acabarás pensando como actúas.

Un espejo, al final de cuentas.

Nos volvemos actores en nuestra propia vida, olvidando al ser que alguna vez miraba el mundo sin filtros ni estadísticas.
Porque cuando se sacrifica la coherencia —esa intimidad entre el pensamiento y el acto— también se entrega, poco a poco, la libertad.

El control de lo que hacemos y pensamos se disfraza de elección, pero con el tiempo se vuelve una carga invisible sobre los hombros del alma.
Y aunque parezca normal, no siempre lo adecuado es lo que todos hacen… sino lo que nos devuelve la paz. 🌙

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