El Libro de los Días

Lees el libro y, al pasar la página,
mil caminos se abren en tu alma;
entonces, el amanecer de la razón
enciende tu mirada,
y así, con la llave del corazón descubres
el reino sereno donde habitan los sabios.

Lees el libro y, una vez más, al pasar la página,
algo dentro de ti cambia.
Porque no es solo tinta y papel:
son semillas de mil futuros.

En efecto, cada palabra es un umbral,
mientras que cada silencio, una revelación.

De nuevo, el amanecer de la razón ilumina
tus ojos cansados,
y de pronto, ves con claridad
lo que siempre estuvo allí.

Entonces, con la llave del alma en la mano,
descubres el reino callado
donde habitan los sabios:
ese lugar dentro de ti
que desde siempre supo el camino.

libro

 

4 respuestas a «El Libro de los Días»

  1. Bonito poema, Sabio.
    Eso es la vida: pasar páginas y encontrar algo nuevo en cada una de ellas. El libro de la vida.
    Me alegro mucho de poder leerte.
    Abrazo infinito, Sabio.

  2. Que hermoso Guille el poder transformador de la lectura como un viaje interior, donde cada página abre caminos nuevos en el alma y permite redescubrir la sabiduría que, en silencio, siempre habitó dentro de uno mismo.
    Escribís y describis muy bonito.

    1. Hay una música suave en tus palabras, como si el viento mismo hablara entre páginas abiertas.

      La lectura, sí… esa alquimia sutil que transforma tinta en alma, papel en espejo, palabra en revelación. A veces el autor siembra sin saber qué jardín crecerá en el corazón del lector. Es allí donde el milagro ocurre: cuando alguien, en silencio, reconoce su reflejo entre las metáforas, o descubre un rincón dormido de sí mismo iluminado por una frase inesperada.

      ¿Será que escribo bonito? Tal vez, aunque lo dudo, solamente podría asegurar que escribo con el corazón, sí. Pero tal vez también sea que la belleza no reside solo en quien escribe, sino en la armonía secreta entre el que sueña con palabras y el que las acoge como semillas.

      Y sabes algo más, hay muchos sueños escondidos en la poesía… y, puede que estén ahí, atrapados como hojas en una telaraña de versos, quietos, esperando
      el rocío de una mirada que los despierte. Porque a veces no escribimos lo que sabemos, sino lo que el alma necesita decir, aunque aún no lo entienda.

      Sigamos soñando letras Gabi, que cada línea que nace puede ser el despertar de otro. 🌙📖✨

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