Reflejos de un reflejo.
La vida es un espejo de cristal dorado,
refleja lo que eres, lo que has sembrado.
Si en sus aguas quieres ver un cambio,
primero en tu alma haz el milagro.
Lo pasado ha huido, es viento errante,
lo que esperas es un sueño distante,
pero el presente brilla en tus manos,
susurra en el aire, late en tus pasos.
Ámate, sin miedo, sin prisa, sin dudas,
que en tu imagen florezcan ternuras.
Solo quien se abraza con luz infinita
puede compartir la magia bendita.
Porque el amor, cuando es verdadero,
no se busca afuera, vive en tu pecho.
Y al compartirlo, como un destello,
se expande al mundo, se vuelve eterno.