El silencio murmura,
y susurra al viento,
canta escondido,
en un eco incierto.
Adoro tus palabras,
que alteran mi pulso,
como si cada letra,
fuera un latido nuevo.
Tienes un espacio,
profundo en mi corazón,
donde hacen su nido,
y encuentran refugio.
Pero entre todos los amores,
el que más fuerte late,
es el amor propio,
firme y sin tarde.
Cuando callas,
el silencio regresa,
y descubro en mí,
la raíz que me envuelve.
Ese amor propio,
firme y profundo,
es el refugio eterno,
en este vasto mundo.