Letras.
Aunque muchas personas no lo entiendan,
no escribo para gustar,
para vender, para ser famoso o conocido;
escribo porque me gusta
y escribir sana mi alma y la mantiene viva.
Renuncio a los tantos «me gusta»
por una sola sonrisa fresca
o una palabra anónima diciendo:
«Pienso como tú.»
Te cuento mis deseos.
Permíteme ser parte de tus horizontes infinitos,
donde nuestros sueños se entrelazan
en una danza de amor y libertad.
En cada palabra, en cada línea,
dejo un pedazo de mi corazón,
esperando que encuentres en ellas un refugio,
un eco de tus propios anhelos.
Escribir no es sólo un acto de creación;
es una conexión silenciosa entre almas que buscan
y encuentran consuelo en las letras.
Se llama amistad.
Permíteme llevarte de la mano
a través de mis pensamientos y deseos,
a esos lugares donde la imaginación
se convierte en realidad
y los sueños se vuelven palpables.
Juntos, podemos construir un universo
donde el amor y la libertad sean nuestros guías
y cada día sea una nueva oportunidad para explorar
los misterios de nuestros corazones.
Los aleros de la mente donde las letras nacen.
Así que aquí estoy,
compartiendo mis más profundos sentimientos
y esperanzas contigo,
deseando que encuentres en mis palabras
una chispa que ilumine tu camino
y que, al final del día, podamos decir juntos:
«Pienso como tú.»