No soy poeta ni me llamo escritor,
tan solo soy un alma que abraza las letras
y deja que el corazón se derrame en cada palabra,
como el rocío en la flor de la madrugada.
Quizás naturópata, de raíz y nacimiento,
con los pies descalzos sobre la tierra viva,
con la mirada puesta en los astros,
y el oído atento al susurro del viento que sana.
Con sueños de poeta y amor de poesía.
Amo la psicología de los suspiros,
la filosofía de un gesto,
los caminos invisibles del alma,
aquellos que se caminan en silencio
y se entienden sin palabras.
Soy, al final, solo una persona común,
de esas que ríen, tropiezan, dudan,
pero que lleva en el pecho lo extraordinario:
ser sensible en un mundo que a veces no siente,
y solidaria en un tiempo que corre sin mirar atrás.
No quiero convencerte ni pedirte nada,
no vengo a vender verdades ni a poner etiquetas,
sólo busco tocar otras almas —
como una brisa leve,
el suave olor de la tierra mojada,
como la calma que llega
cuando alguien simplemente está.
Porque estar, a veces,
es el mayor acto de amor.
Y si mis letras te alcanzan,
si alguna palabra despierta tu recuerdo,
tu fe, tu ternura dormida,
entonces habré cumplido mi misión sagrada:
ser alma que escribe,
alma que siente,
alma que acompaña
sin pedir nada a cambio.
Y en ese no ser ni buscar nada,
te encontré a ti,
Un regalo del universo
Qué escritos más lindos!… Me dan envidia sana las almas que hacen brotar sentimientos, desde palabras o cualquier otra forma artística.
A veces la creatividad simplemente es jugar con la gota de vino que se desliza sobre la etiqueta de la botella… Porque me parece que ser creativo también es un efecto de un cierto estado de vibración o «armonía del ser»…
Bueno, ya sabes, sólo unas letras, para hacerte saber que se te lee, se te acompaña y se te resuenan tus reflexiones .
Un abrazo amigo sabio.
¡Lagartija Brava, siempre es una fiesta leerte!
Tu forma de acompañar desde las palabras tiene esa chispa de alma despierta que uno agradece. Me ha encantado tu imagen de la gota de vino como forma creativa: poesía líquida, vibración hecha juego, un verdadero reflejo de lo que decís…
Y aunque entiendo lo que quisiste expresar, te comparto algo desde la reflexión: la envidia, aunque sea “sana”, suele nublar lo que en realidad sentimos, que es admiración, inspiración o incluso reconocimiento del otro como espejo. “Envidia sana” es casi un oxímoron, porque la envidia, incluso con apellido amable, sigue llevando un tinte de carencia.
Así que gracias, de verdad, por esa admiración tan genuina que compartís, porque estoy más que seguro que en tu ser vibrante, no hay lugar para la carencia, solo para la abundancia de almas que vibran en armonía.
Un abrazo inmenso de vuelta, con gota de vino y todo 🤗
Gracias a ese ser tan sensible que dice llamarse Lagartija y ser de las bravas 🤗