En el mágico mundo de las palabras,
donde los versos nacen y se entrelazan,
hay un poder que inspira y guía,
una fuerza que transforma el día.
Como astros que giran en su danza,
el amor orbita en constancia,
es rayo de magia,
luz certera, que en los huesos cala, primavera.
La vida es un tren que pasa veloz,
esperarlo en el andén, hallar su voz,
es saber que cada estación trae lecciones,
despedidas que siembran emociones.
En la melancolía de un adiós tardío,
se anida la tristeza, madre del desvío,
pero bajo el cielo de estrellas repleto,
si falta una, inventa, da un nombre secreto.
La magia de la vida en cada suspiro,
desentraña el misterio de tu aroma divino,
que al viento enreda en tus cabellos,
haciéndome soñar, volar sin frenos.
Tu cara de terciopelo, suave caricia,
tus ojos pardos, gemas en la inmensidad,
corriendo tras los rastros de estrellas fugaces,
dibujas en el cielo un sueño de eternidad.
Palabras con poder extraordinario,
inspirando almas, motivando corazones,
en cada verso, un mundo nuevo,
en cada letra, un susurro de ilusiones.
Como un tren que espera en el andén,
la vida nos llama a su estación precisa,
nunca olvides que, en cada despedida,
nace la tristeza, pero también la brisa.
Bajo un cielo lleno de estrellas,
si una falta, inventa una nueva,
ponle tu nombre, dale vida,
y en sus destellos, tu alma se eleva.
La magia de la vida, misteriosa y fiel,
desentraña tu aroma, dulce y leve,
que enreda al viento en tus cabellos,
y me hace soñar, volar sin frenos.