En los vastos vientos digitales,
se alza un Quijote moderno,
perdido entre bytes y algoritmos,
luchando contra molinos invisibles.
Tal como el gran caballero daba batalla
contra sus molinos sin tregua y a contra viento,
mi tarea de luchar contra la publicidad de Google
se asemeja bastante.
Escribí líneas de código, escudos de bits y bytes,
los navegadores hasta lucen vacíos
entre bloqueadores y mis batallas,
y siempre el gran molino me asesta
un golpe con sus enormes palas gigantes.
A veces grita que ha descubierto un bloqueador,
otras que debo elegir entre aceptar o continuar,
y como gran caballero vuelvo a embestirle,
tumbando una a una sus trampas y artilugios.
Linux es mi fiel escudero, mi gran ladero y asistente,
aún así fatigado y exhausto me encuentro,
esta batalla no parece nunca tener fin.
Cada clic, cada página cargada es una nueva contienda,
un desafío constante en esta era digital,
donde la privacidad es el tesoro más codiciado.
En la vasta llanura de la web,
me enfrento a gigantes tecnológicos,
sus palas de algoritmos giran implacables,
intentando detener mi cruzada
por un espacio libre de anuncios.
Cada embestida es una afirmación de mi libertad,
una declaración de independencia
en un mundo saturado de publicidad.
Las noches se hacen largas,
las líneas de código se entrelazan,
como versos en una epopeya contemporánea.
Mi lanza es el teclado, mi escudo, el firewall,
y con cada batalla, mi determinación se fortalece,
mi espíritu de Quijote se enciende con más fervor.
El cansancio no es mi enemigo, sino mi compañero,
un recordatorio de la noble causa que defiendo.
Aunque el camino sea arduo y las victorias efímeras,
cada momento de privacidad recuperada es un triunfo,
un paso más hacia un mundo digital más justo.
Y así, en este siglo de bits, vpn y pixeles,
mi cruzada continúa, un Quijote moderno,
luchando sin cesar contra los molinos de la publicidad,
con la esperanza de que algún día, mi lucha inspire a otros,
a tomar sus teclados y unirse a la batalla,
por un espacio digital donde la libertad prevalezca,
donde la privacidad sea respetada, y donde cada usuario,
pueda navegar en paz,
sin ser asediado por anuncios indeseados.