Rebeldes

Rebeldes con causa,
locos de corazón.
Eternos aprendices,
almas de niño asombrado,
caminamos sin mapa
pero con el pulso encendido.
Buscadores incansables,
amantes del misterio,
vivimos cuestionando
porque aprender…
es una forma de rebelarse.

Cada verdad nueva
es un relámpago en la noche,
una revolución íntima
que quiebra la sombra
de lo que creíamos cierto.

Dirán que la locura se perdió en el tiempo,
pero yo…
seguiré tejiendo sueños traviesos
con hilos de esperanza y luz.
No claudiques,
porque la rebeldía —cuando nace del alma—
es un don celestial,
una chispa sagrada
que enciende el fuego
de la creatividad y la libertad.

Rebeldes con causa,
locos de corazón,
osados por decirlo,
valientes por vivirlo.
De eso se trata el juego sagrado:
vivir.

Y no guardes los sentimientos
como si fuesen pecado o secreto,
déjalos fluir,
como tinta viva
sobre el lienzo de tu existencia.

Que tu legado sea un río de emociones,
una danza de palabras
que el tiempo no pueda borrar.
Un juego del corazón
que siga latiendo
más allá de ti,
en cada alma
que se atreva a sentir.