Relojes del Corazón

El amor no conoce relojes,
ni responde a preguntas inquietas.
No ofrece razones, ni deja un mapa,
simplemente llega, se instala en silencio,
y un día, sin aviso, recoge sus cosas
y parte hacia un viaje sin retorno,
para renacer en otros brazos,
para encender nuevos corazones.

Es el pulso de la vida,
el viento que nos arrastra como hojas,
un torrente de sangre que arde sin tregua,
impetuoso, moviendo montañas sin permiso.
Como vos, como todos, quiero y siento
sin pedir razones ni explicaciones,
como el fuego que arde sin preguntar,
haciendo del amor su única ley.

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