Sin querer

Sin querer.

La estrella en la frente, la sonrisa fresca de un coraz贸n loco, prometemos el cielo y hasta inventamos las palabras que ese ser que anhelamos quisiera escuchar. As铆 amamos con pasi贸n y fervor, casi confundiendo amor con propiedad. Pero… casi sin querer, de pronto dejamos de amar y ese mismo d铆a, comenzamos a olvidar, pero ya no sin querer.

Queda entonces esa vor谩gine que un d铆a llamamos amor, perdida en ese infinito laberinto entre los hombres y Dios. Las promesas hechas con estrellas en los ojos se desvanecen y las palabras inventadas se deshacen en el viento. La intensidad que nos un铆a se transforma en un eco distante, un susurro del pasado.

En ese laberinto, buscamos la salida, intentamos comprender c贸mo algo tan ardiente puede enfriarse de repente. Cada paso nos aleja del fervor, nos acerca al olvido y en ese proceso, descubrimos que el amor no es propiedad, sino libertad.

Entre los hombres y Dios, aprendemos que el amor verdadero no se posee, se vive. Y aunque la pasi贸n pueda desvanecerse, las lecciones y recuerdos permanecen, gui谩ndonos hacia un amor m谩s puro y desinteresado. En el vasto laberinto de la existencia, el amor deja su huella y aunque cambiemos, su esencia eterna nos ense帽a y transforma.

Amor es amor 馃挄

Sin querer