Adopté una amiga

Adopté una amiga,
pero me dijeron que los amigos no se adoptan,
se cultivan con el alma,
y se riegan con sonrisas y abrazos.

Entonces, una amiga,
me abrió las puertas de su alma,
para que yo la riegue
con cariño, con respeto,
y la nutra con cada risa compartida,
con cada abrazo sincero,
tejiendo juntos los lazos invisibles
que sólo el corazón sabe construir.

Para que florezca una verdadera amistad,
es preciso prescindir de las diferencias
que puedan otorgar la edad, los honores,
las riquezas o el poder.

Algunas amistades duran en el tiempo
sin ganar verdadera confianza,
porque el único motivo para cultivarlas
debe ser la búsqueda de las virtudes
y el mutuo perfeccionamiento.

La amistad es una igualdad, una semejanza,
uno de los rasgos más bonitos de la vida.

Voy de nuevo: Adopté una amiga.
Pero oye, los amigos no se adoptan,
se cultivan con el alma,
y se riegan con sonrisas y abrazos.

 

amiga