Flor del Alba

Hay almas raras, exóticas, singulares,
flores del alba,
que brillan en un mundo de sombras y pilares.
Como una flor de aroma intenso y seductor,
su fragancia embriaga, su canto es fervor.

Si lees sus pétalos, hallas un secreto,
un elixir de palabras, un amor discreto.
certero y profundo.
Pero al cortarla, matas su raíz,
su esencia se apaga, su vida feliz se va.

Déjala ser, con su tallo y ramas,
donde anidan sueños, donde arden llamas.
Su fragancia basta, no la apreses en tus manos,
deja que florezca entre cielos lejanos.
Que no guardarás su aroma sino sólo su dolor.

Aunque a veces parecemos tan distantes,
como caminos que jamás son constantes,
en el fondo, todos somos uno,
somos un río con aguas compartidas,
la misma esencia en mil formas dividida.

Somos luz y sombras, día y noche danzando,
dos fuerzas eternas, siempre abrazando.
A veces amalgamando, otras separando.
Como el alba y el ocaso en su armonía,
se rozan, se funden, crean poesía.

Así es la flor que en su corazón habita,
déjala ser, libre y bendita.
No la cortes, no la apartes de su suelo,
que su raíz es su alma, su vuelo eterno.
Muere la flor, sangra su raíz

alba

Alba

Espera hasta el alba,
su luz de miel dorada
pinta el cielo
y transforma la noche en día.
Tus ojos, serios
espejos del alma,
quizás así sean,
profundos y sabios.

Te encuentras solo,
herido en la batalla,
quizás por tus propios designios,
donde la mente,
tramposa en su juego,
teje mentiras tan naturales.

Tus sentidos, un mar en tormenta,
sin saber distinguir
qué es sentir, qué es pedir
un poco de amor.
Eres tú, un templo de paciencia,
esperando ver la verdad oculta.

Cuando estás equivocado,
o el mundo lo está,
basta con saber pensar,
como el árbol que en el viento
se inclina,
esperando la calma
tras la tormenta.

Así, en la búsqueda del amanecer,
descubres
en el corazón de la noche,
la verdad
que siempre ha estado ahí,
en la paciencia,
la sabiduría,
y el amor que aguarda en silencio.
Espera, el alba ya llega.
No existe una escuela,
que enseñe a vivir.

 

alba