Ser invitado en la vida de alguien,
no siempre es ser bienvenido,
aprender a discernir, a mirar más allá.
Hay quienes abren puertas con sonrisas,
y otros, el alma, con sinceridad.
Cuida tus energías, elige bien con quién compartir,
no todo es como dicen las mayorías.
Ser bueno a veces atrae a los malos,
ser honesto llama a los mentirosos,
pero en la luz de tu ser, resplandeces sin pausa.
No atraemos lo que somos,
sino lo que otros necesitan,
hay quienes buscan en ti,
esa luz que les falta,
ese brillo que les calme su triste alma.
Somos un poco magos, un poco druidas,
alquimistas del alma en la sombra y la luz,
transformamos el dolor en flores de sabiduría,
y cada herida en un renacer silencioso,
pues hasta en la oscuridad, florece la luz.
No abras todas las puertas de tu corazón,
ni a todos confíes tu llave dorada,
algunas cosas son para aquellos que saben,
cuidar y valorar el amor que entregas,
en la danza sagrada de la vida y del alma.