Vivir es todo un milagro
Es increíble cómo el paso del tiempo
todo lo cambia, todo lo transforma.
Cuando era joven, luchaba contra el deseo,
porque tener sexo era un pecado,
una sombra que acechaba en la norma.
Ahora que han pasado los años,
todo es distinto, todo es nuevo,
hasta tener sexo ya no es un pecado,
sino un milagro, un regalo del cielo.
Así la vida va pasando,
entre recuerdos y cambios constantes,
hasta que las ganas te envuelven,
y dices: «no puedo más».
Entonces, cuando por fin cedes al impulso
para que las ganas se desvanezcan,
descubres que te vienen más y más,
en una paradoja que la vida nos enseña.
Porque en este viaje que es vivir,
lo prohibido se convierte en anhelo,
y lo que antes parecía lejano,
hoy es un deseo insaciable que no tiene fin.