Entre lo Nunca Dicho

Tambaleantes, a veces soberbios,
caminamos sobre lo nunca dicho.
Somos raros, demasiado.
Guardamos palabras en el bolsillo,
en silencio por la calma del otro,
avanzamos como monedas en el mercado de la vida,
donde todo se vende: tiempo, poder,
distracciones y sueños.
Las personas ricas compran tiempo,
las pobres, móviles, zapatillas caras;
las ambiciosas compran poder y control
y las personas perezosas compras distracciones,
vida fácil y pensamientos por otros ya pensados

Pero yo no estoy en venta,
ni siquiera en alquiler.
Aquí me planto y el precio
es tempestad de reproches,
lejos y cerca, un maremoto
por aprender a ser primero,
saber valorarse.

Y ahora entiendes,
por unas personas perdemos la cabeza,
por otras el corazón,
y con algunas, sólo el tiempo,
quitan todo sin notarlo,
mientras nos quedamos
siempre ahí, dándolo todo
sin ser vistos, en silencio
y en los ojos de unas pocas
vemos la dulzura que amarra el alma,
una belleza tan fina que la mirada se rinde.

Ya me iba, pero volví a decirte:
guarda este «te quiero» para el estío,
para el silencio seco de otros días.
Somos dos bocas llenas de versos
que mueren en el silencio,
palabras que flotan en la distancia,
lo no dicho que, al fin, nos pertenece.

dicho