Mujeres de Oro

Hay mujeres que valen oro,
como el sol que nunca se apaga,
madres tiernas, manos fuertes,
esencias que nunca se embargan.

Pero existen las de oro puro,
raras, como estrellas fugaces,
con almas limpias y corazones,
que sanan aunque lleven mil disfraces.

Son de esas que sufren en silencio,
con ojitos tristes, escondidos,
detrás de sonrisas luminosas,
que esconden mil caminos vividos.

Tienen el don de tocar la vida,
de convertir el dolor en melodía,
y aunque el mundo no las entienda,
en ellas brilla la verdadera poesía.

Cuando las encuentres, cuídalas,
porque el alma reconoce el destino.
Abraza su luz, escucha tu interior,
que nunca se equivoca en el camino.

mujeres

Hilo de oro

La vida es oro
vivir sobre la Tierra es sólo un susurro,
un suspiro pasajero en el aliento eterno;
el amor, un reflejo entre luces y sombras,
pero la amistad…
es un hilo de oro,
firme y delicado,
que no se corta ni en la última despedida.

La infancia se aleja, la juventud la sigue,
la vejez nos toma y, tras ella,
la muerte nos abraza,
pero la amistad leal permanece,
como huella marcada en la arena,
como canto escondido en el viento.

La flor más hermosa pierde su encanto,
pero una amistad auténtica,
ésa, no se marchita;
se vuelve raíz, se hace piedra,
perdura hasta la eternidad.

Todo en la vida es tiempo,
cuestión de esperar el instante preciso
cuando alguien llega,
como si el universo le hubiera marcado
tu rumbo, tus pasos, tu risa.

Será quien te entienda sin palabras,
quien sonría al verte,
quien sin juicio te acepte
y al final del día,
te diga en su silencio más hondo:
«Eres mi paz y mi refugio.»

Dormirás con una sonrisa,
porque sabes que en su corazón
guardas el lugar más especial,
sin pruebas ni dudas,
tan solo el susurro eterno de un hilo de oro
que nunca se romperá.

oro