El hubiera no existe, sólo el presente,
duro y real, es lo único que siente.
El peor enemigo, a menudo, somos nosotros mismos,
pero los sueños imposibles pueden volverse ciertos,
cuando se sueñan juntos, con amor y aliento.
La búsqueda intensa de inmediatez en el hombre,
es quizás su mayor problema, su constante reto.
Sin la paciencia como compañera,
todo se vuelve urgencia, todo desespera.
Corremos como desesperados hacia ningún lado
y siempre nuestras sombras permanecen, fieles.
Buscamos culpables,
-eternamente inocentes-
y basta una pausa para descubrir que nadie nos perdió,
nosotros mismos nos hallamos.
El hubiera no existe, sólo el presente,
duro y real, es lo único que se siente.
En el ahora encontramos nuestro ser,
enfrentamos miedos, desvelamos el querer.
En esta búsqueda de inmediatez,
sin la paciencia como guía y compañía,
todo se vuelve urgencia, todo es prisa,
pero en el presente, en el ahora, está la vida.
Soñemos juntos, con amor y calma,
y veremos los imposibles volverse reales.
En el compás del momento, en el abrazo del hoy,
es donde se encuentra el verdadero gozo.