La Vida es Bella

Tanto cambió la vida,
que empezar de cero suena a promesa,
no es olvidar el pasado,
es elegir un nuevo camino,
dibujar senderos donde antes hubo muros,
y hacer que la vida sea más bella…
pues, ¿quién la embellece, si no nosotros?

Quiero presentarme de nuevo,
tal vez por octava o décima ocasión,
pero hoy con la certeza de nuevos ideales.
El reloj nos regala 365 oportunidades,
algunas tomaremos, otras se irán,
pero cada amanecer nos susurra al oído
que todo es cuestión de tiempo.

¿Reír o llorar?
¿Existir o vivir?
Elijo la vida con hambre de mundo,
con más sueños que antes,
con la convicción de que cada día
debe ser celebrado con una sonrisa.

Empezar de cero,
pero con la experiencia en las manos,
las metas claras,
el alma encendida.

Disfrutaré más el amor,
abrazaré las lágrimas,
porque son solo el reflejo
de un corazón noble y vivo.
Caminaré sin miedo,
esperaré menos,
y confiaré en que mis sueños
tienen alas para volar.

Aquí, ahora,
es donde todo comienza.

🐬 Laura 🐬

vida

El Eco de soñar

Todo depende de lo que nos permitamos soñar, del alcance
de nuestra visión, de la sensibilidad de nuestro corazón.
En cada risa compartida, en cada abrazo sincero,
dibujamos un fragmento de eternidad,
soñamos juntos mundos que quizás nunca habitemos,
pero que son tan reales en nuestras almas,
como el aire que respiramos.

Sin embargo, en lo más profundo, justo allí vive la duda,
no por elección, sino porque la vida
traza sus propios caminos,
implacables y misteriosos.
Para el alma soñadora, todos los días son perfectos,
ninguno se mide en tiempo, sino en gotas de intensidad y de fulgor.
Cada amanecer es una promesa,
cada atardecer, un susurro de esperanza.
En su corazón, los sueños florecen como jardines eternos,
llenos de colores y fragancias
que sólo la imaginación puede concebir.

Pero para la pobre alma que olvidó soñar,
sólo le queda el camino y el destierro de soñar sueños ajenos.
Su vida se convierte en un peregrinaje sin destino,
donde el horizonte nunca alcanza
y las estrellas se desvanecen en el olvido.
Sin el brillo de sus propios sueños, su corazón se torna un desierto,
árido y silencioso,
donde las sombras del pasado persiguen los anhelos
que nunca se atrevió a abrazar.

soñar