El Último Suspiro del Verano

Entre suspiro (s) el día termina.
Los domingos tienen esas cosas,
ese sabor a final aunque sean un comienzo.
Porque la semana inicia con un domingo,
y en su aliento trae promesas
o murmullos de lo que se va.

El frío de la última tormenta
se sumó al complot de los días,
susurrando que el verano
también llega a su fin.

Mientras tanto, tú,
cada día más lejos, bañada en silencios,
silencios que presagian finales
vestidos de adiós.

A veces no hace falta romper nada,
ni alzar la voz, ni pronunciar despedidas.
La magia, tan frágil como un suspiro,
se desvanece sola cuando el aire cambia.

No hacen falta mentiras,
solo verdades dirigidas
a rincones que no desean escucharlas.
Verdades que, aunque sinceras,
erosionan la hebra que une las almas.

Y entonces todo vuelve a la distancia,
suave, sin encanto,
como si la magia nunca hubiera sido,
como si el antes reclamara su lugar
en el vacío que dejó su brillo.

Pero el universo no deja huecos,
limpia los escombros
barre las cenizas del olvido y prepara el gran vacío
donde pondrá a brillar y a latir con fuerza
ese nuevo ser que a lo lejos,
ya se avisora en el horizonte de los nuevos días.

suspiros

El Verano del Alma

El sol calienta la mirada de la fría luna,
es el verano del alma,
disfrazado de nostalgia,
de sueños trasnochados y esperanza oportuna.

Todos somos destino, azar,
el encuentro que llega sin avisar.
No importa el tiempo que dure el calor,
sino la chispa que enciende el amor.

Hay quienes aman sin razón,
y otros temen abrir su corazón.
Como un eco que deja de doler,
pero al mirarte, vuelve a nacer.

Eres creación, eres querer,
el odio que aprende a ceder.
Con los años cambia la piel,
se apaga el fuego, se va la miel.

El verano no es solo calor,
es un susurro que habla del amor.
Te recuerda, entre el sol y la verdad,
que el amor propio es la mayor bondad.

Cuando el vínculo se empieza a quebrar,
es hora de elegirte, de caminar.
Porque antes que dar, debes aprender
que tú mismo eres tu primer querer.

verano