El Dolor de los Vacíos

Ay de los vacíos,
están llenos de nada.

No duele lo que se va,
sino lo que deseamos y nunca llega,
como un horizonte que se escapa
dejando un eco de sombras y anhelos.

Me dijeron que lo que nunca se tuvo
no deja vacío en el alma,
pero, ¿cómo explico ese suspiro
por lo que jamás sucedió y aún así me falta?

El amor lo es todo,
tiene el poder de hacer vibrar el alma,
como una melodía que sacude el viento
o partirla en mil pedazos silenciosos.

¿Cuántas estrellas cuenta tu cielo?
¿Cuántos sueños tocaste al vuelo?
¿Cuántos orgasmos estremecieron tu ser?
Tal vez no lo sepas,
pues hay preguntas que laten sin respuesta,
llenas de vida y misterio.

Como las lágrimas que saben a mar,
¿o es el mar el que lleva el sabor de las lágrimas?
¿Quién podría descifrarlo?
La vida es magia,
y si tú no haces de tus días un encanto,
¿quién te regalará el milagro?

 

vacíos

2 respuestas a «El Dolor de los Vacíos»

    1. Es verdad, la poesía tiene ese poder de transformar lo que duele en algo más soportable, a veces hasta bello. Donde la realidad abre heridas, la poesía las cubre con palabras, con ritmos que parecen entendernos. Los vacíos, esos que sentimos tan profundamente, forman parte de nuestra humanidad, nos siguen como sombras, pero al ser nombrados y sentidos en verso, se alivianan. Tal vez no desaparecen, pero al menos nos reconcilian con el hecho de que el dolor también puede ser parte del arte, del alma que busca consuelo entre las letras.

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